Después de meses sin pisar las aulas tras el confinamiento por Covid19 y terminadas ya las vacaciones de verano, es fundamental afrontar el nuevo curso escolar con una correcta visión que garantice el desarrollo social y educacional de niños y adolescentes.
Por lo tanto, este año la salud visual adquiere más importancia si cabe, ya que todavía se pueden arrastrar algunos problemas visuales no resueltos por el aumento de la formación online y el uso continuado de dispositivos electrónicos.
La mayoría de las tareas que realizan los niños en la escuela requieren una buena visión, esencial para un buen rendimiento escolar. Por este motivo, es imprescindible detectar y corregir cualquier problema ocular que interfiera en el aprendizaje y en el rendimiento durante la etapa escolar y en años posteriores. Esto implica no solo tener una buena agudeza visual, sino también la capacidad de enfoque, la habilidad de mover los ojos correctamente, visión binocular adecuada, buena coordinación ojo-mano… entre otras muchas cosas.
En muchas ocasiones, las malas notas o el desinterés que muestran algunos niños no son consecuencia de su apatía, sino de algún defecto visual que les impide seguir el ritmo de las clases, leer con rapidez o comprender bien. Debemos tener en cuenta además, que los niños no suelen ser conscientes de sus limitaciones visuales, por lo que no se quejan. De ahí la importancia de realizar revisiones visuales periódicas antes de que aparezcan los síntomas.
Se calcula que entre el 5 y el 10% de los preescolares y el 25% de los escolares presentan alteraciones visuales como miopía, hipermetropía, estrabismo…. Siendo la miopía un problema que va en aumento entre los estudiantes. Muchos niños la sufren, y en los últimos años ha habido un gran aumento de casos de miopía infantil. Sin embargo, todavía hay muchos niños que siguen sin acudir a las revisiones optométricas. De hecho, casi un 40% de los niños nunca han pasado una revisión ocular.
Os dejamos una serie de señales que es posible observar en los más peques y que nos indican que debemos acudir a un profesional de la visión:
- Tiene mucha dificultad para leer: omite o confunde palabras, usa el dedo para guiarse, acerca el libro más de lo normal…
- Frunce el ceño o guiña los ojos para ver de lejos
- Se le irritan los ojos cuando lee o escribe
- Se queja de dolores continuados de cabeza
- Tropieza con facilidad, no calcula bien las distancias
- No comprende la lectura adecuada a su edad