El próximo 23 de Julio se celebra el día mundial de la enfermedad de Sjögren.

Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por la afectación de las glándulas exocrinas, que son aquellas que vierten su secreción hacia el exterior, como son las glándulas salivales y las lagrimales.

En general, se trata de una enfermedad de pronóstico benigno, con la salvedad de los enfermos que presentan afectación de órganos, en los que el pronóstico empeora notablemente.

Los síntomas de esta enfermedad se deben a la destrucción y mala función de las glándulas afectadas. Por ello, los más frecuentes son la sequedad oral y ocular.

La sequedad ocular, por la afectación de las glándulas lagrimales, produce picor o escozor ocular, sensación arenillas, dolor ocular, mientras que la sequedad oral se manifiesta fundamentalmente por sensación de sed, dificultad para la masticación, escozor en lengua, la cual suele estar enrojecida, y mayor incidencia de caries dentales.

También puede presentarse sensación de sequedad nasal y tos, debido a la sequedad del árbol respiratorio, así como sequedad vaginal. Incluso algunos enfermos pueden llegar a tener afectación en pulmón, riñones o en el sistema nervioso.

Por su condición de enfermedad autoinmune puede asociarse a otras enfermedades de este tipo, sobe todo las enfermedades de tiroides. Así mismo también puede aparecer en personas con enfermedad reumática, como la artritis reumatoide, en cuyo caso se denomina Síndrome de Sjögren secundario.

Esta enfermedad tiene una etiología desconocida, aunque se considera un trastorno autoinmunitario, lo cual significa que el cuerpo ataca por error al tejido sano. Lo más probable es que en pacientes genéticamente predispuestos, algún estímulo externo desconocido inicia un proceso de reacción del sistema inmune contra las células de las glándulas exocrinas, que es lo que condiciona el desarrollo de la enfermedad.

No existe un tratamiento curativo para esta enfermedad, y ni siquiera existe uno que sea capaz de evitar la progresión de la misma, por lo que el tratamiento únicamente tiene como fin el alivio de los síntomas.

La sequedad oral puede aliviarse con algunas medidas de higiene bucal, y la utilización de algunos fármacos.

El alivio de la sequedad ocular se consigue con la administración en forma de colirios de lágrimas artificiales o lubricantes en gel.

Únicamente en casos de afectación importante de órganos, como pulmón, riñón o sistema nervioso, puede estar indicado el uso de fármacos como los corticoides y otros inmunosupresores.