La miopía es un problema creciente y una preocupación global.
Se calcula que 5.000 millones de personas, es decir, la mitad de la población mundial, podrían sufrir miopía en 2050. Se espera que la incidencia de la miopía aumente significativamente a medida que cambian los estilos de vida, y que los niños participen en más actividades que requieran visión de cerca, como el uso de dispositivos digitales, estudiar, leer y pasar menos tiempo en el exterior. Los factores hereditarios, conductuales y medioambientales también desempeñan un papel importante.
El pasado 10 de junio se celebró en nuestro país el primer Día Nacional de la Miopía. Un día que se estableció para concienciar y alertar a la población acerca de la importancia de detectar de manera precoz la miopía para poder frenarla y minimizar el riesgo de desarrollo de la miopía magna.
Según el último estudio realizado por la Asociación Visión y Vida y FEDAO, seis de cada diez jóvenes de 17 a 27 años son miopes en España. Lo más preocupante es que los de menor edad, los considerados Nativos Digitales (nacidos después del 2000), son cada vez miopes de mayor graduación y a más temprana edad.
Esto es lo más alarmante, ya que según sus datos de la OMS, tres de cada cuatro jóvenes son miopes y de estos, uno de cada diez (9,9%) ya supera las cinco dioptrías, y un 22,5% se acerca peligrosamente a ellas, teniendo en cuenta que su miopía aún podrá seguir creciendo hasta la treintena.
Además, los especialistas alertan de que los sistemas de cribado estarían fallando, ya que casi siete de cada diez personas detectaron por sí mismos su problema visual. En este sentido, es urgente fomentar las revisiones periódicas con el óptico-optometrista.
¬ Factores de riesgo
El componente genético es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de la miopía. Es habitual que los niños o jóvenes miopes tengan padres o madres miopes. Además, el 63,2% de los miopes actuales cuentan con antecedentes familiares de patologías oculares tales como glaucoma, DMAE o retinosis pigmentaria. Para evitar este tipo de complicaciones, es fundamental tratar la miopía para evitar su desarrollo.
Al margen de la herencia genética, que hoy por hoy no puede evitarse, sí existen otros factores que contribuyen en mayor o menor grado, al desarrollo de la miopía. Realizar actividades al aire libre es una de ellas. Según el estudio, los niños que disfrutan de un ocio de interior o sedentario, muestran 20,7 puntos porcentuales de mayor miopía que los más activos en espacios de exterior.
El informe también pone de manifiesto que fumar incrementa el desarrollo de la miopía. Cuanto antes se empieza a fumar, mayor es el desarrollo de este defecto visual. Los más precoces muestran cerca de veinte puntos porcentuales respecto a aquellos que comenzaron a fumar a partir de los 25-30 años.
El uso intensivo de la visión próxima, ya sea para estudiar o para mirar el teléfono móvil, también contribuye notablemente al incremento de la miopía. Entre las personas que han concluido sus estudios superiores, la miopía se dispara un 26%.
Por lo tanto, este día nacional de la miopía es una excusa perfecta para recordar que detectar a tiempo este problema mediante revisiones periódicas es fundamental para controlar su evolución. La miopía se trata mejor a tiempo para evitar problemas de visión a largo plazo. Si no se trata a tiempo, la miopía puede desembocar en problemas visuales irreversibles. Cuando la miopía aumenta una dioptría, aumenta en un 58% el riesgo de sufrir las enfermedades oculares asociadas a esta.