La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) es un problema de salud visual que afecta cada vez a más personas, especialmente a medida que la población envejece. Esta enfermedad deteriora la parte de la retina responsable de la visión central, lo que puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de quienes la padecen. A pesar de los avances médicos en su tratamiento, muchas personas aún enfrentan desafíos para realizar tareas de la vida cotidiana.
Los últimos estudios mostraron que el uso de filtros terapéuticos selectivos mejora la agudeza visual y el contraste, sobre todo si se combinan con otras ayudas para mejorar el rendimiento visual y la calidad de vida.
DMAE: que implica realmente?
Aunque ya lo hablamos en otros post comentaremos brevemente que se trata de una enfermedad ocular crónica caracterizada por dañar gradualmente la mácula, zona de la retina encargada de la visión fina y en detalle, lo que se traduce en una pérdida de visión central dificultando actividades como leer o reconocer rostros.
Por lo tanto, la DMAE no es una mera afección ocular, sino que tiene un profundo impacto en la calidad de vida de quienes la sufren. A medida que la enfermedad avanza, desencadena una serie de dificultades que afectan a aspectos físicos, emocionales y sociales de la vida de una persona.
Además, la movilidad también se ve afectada, aumentando riesgo de caídas y lesiones, así como limitación en la capacidad para conducir. Esto puede generar una importante frustración y sensación de pérdida de independencia.
Filtros terapéuticos: como pueden ayudar?
A pesar de los avances en el campo médico en cuanto al tratamiento de la DMAE, no existe aún un tratamiento definitivo que cure la enfermedad.
Es por tanto que los filtros de baja visión emergen como una herramienta de rehabilitación visual que trabaja modificando la luz que entra en el ojo, mejorando así la percepción visual y la comodidad en situaciones específicas.
- Reducen el deslumbramiento: la DMAE provoca una mayor sensibilidad a la luz, por lo que la cantidad de luz que llega al ojo es muy molesta para estos pacientes
- Mejora del contraste: la sensibilidad al contraste es mucho menor, dificultando la identificación de detalles o un texto. Los filtros modifican la forma en que vemos los colores provocando mayor contraste y nitidez.
- Ajustes específicos: se pueden personalizar para adaptarse a las necesidades individuales de cada persona (polarizado o no, por ejemplo).
En conclusión podemos decir que el uso de filtros es una opción terapéutica válida y eficaz para mejorar el rendimiento visual y la calidad de vida de los pacientes con DMAE.