Existen muchas enfermedades oculares que cursan asintomáticas en sus primeras fases, es decir, el paciente no nota que está perdiendo visión. Cuando ya lo hace, la enfermedad ya está en una fase avanzada y es más difícil recuperar la visión perdida. Por lo tanto, el estudio y la revisión de la parte más interna de nuestro ojo es una de las maneras más eficaces para detectar determinadas patologías que afectan a nuestra visión. Recomendamos por tanto hacer una revisión completa una vez al año, pudiendo así hacer una detección precoz.
En Balneario Visión trabajamos con Optretina, una plataforma de teleoftalmología a la cual enviamos las imágenes de tu retina donde expertos retinólogos las analizarán, evaluarán y emitirán un informe para ti.
Retinografía, ¿qué es?
Es una prueba sencilla, rápida e indolora que permite obtener información de las estructuras más importantes de la parte posterior de nuestro globo ocular, como es la retina, pudiendo valorar si está desprendida, dañada, envejecida, con patología o en estado normal.
La retina contiene millones de células sensibles a la luz (bastones y conos) y otras células nerviosas que reciben y organizan la información visual. La retina envía esa información al cerebro a través del nervio óptico, el encargado de posibilitar la visión.
De esta forma, el estudio de fondo de ojo o retinografía nos permite además de detectar, también controlar la evolución de enfermedades ya diagnosticadas como pueden ser la retinopatía diabética, edema macular, retinopatía hipertensiva, degeneración macular,
¿Qué podemos detectar?
- Desprendimiento de retina: se define por la presencia de un líquido debajo de la retina haciendo que esta se despegue de las capas de tejido que hay debajo.
- Retinopatía diabética: los vasos sanguíneos se pueden deteriorar y filtrar líquido por debajo de la retina, haciendo que esta se inflame. Además crecen nuevos vasos sanguíneos que tienden a romper y sangrar, empeorando la visión
- Daño del nervio óptico: el nervio óptico agrupa a más de un millón de fibras nerviosas que trasladan mensajes visuales, conectando la retina con el cerebro. El daño del nervio óptico puede causar pérdida de la visión y su gravedad depende de dónde ocurra el daño pudiendo afectar a uno o ambos ojos.
- Membrana epirretiniana: es un tejido delicado similar al de una cicatriz que se ve como un papel celofán arrugado y que se ubica sobre la retina. Esta membrana tira hacia arriba de la retina, lo que distorsiona la visión. Los objetos pueden aparecer borrosos o torcidos.